NIÑOS MIGRANTES: BUSCANDO UN MEJOR FUTURO
Flujos migratorios: El éxodo del
futuro.
A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha
existido el fenómeno de la migración social, por lo que no es una novedad que
en la actualidad se hable de tal fenómeno. Naturalmente que las causas que
determinen las peculiaridades que componen el fenómeno varían de época en época
y de lugar en lugar. Estas particularidades son de facto las causas que son
meramente constructos socioculturales y todas aquellas variables que se
relacionan de una u otra forma con la migración de personas menores de edad al
cual nos remitiremos en este trabajo.
A modo de esbozo histórico, remontándonos al pasado primitivo de la humanidad, es evidente que existían agrupaciones de personas que no se asentaban en un solo lugar formando comunidades, sino que eran nómadas cazadores y recolectores de alimentos. En este momento de la historia se denotan clarividentes las causas que les obligaban a estar en tal movimiento. Ahora bien, el fenómeno ha coevolucionado junto al desarrollo de las sociedades en términos socioculturales, económicos y técnicos a pasos agigantados hasta transformarse en un problema abrumador global, pero fueron la misma actividad sociocultural y económica la que permitió y permite el desarrollo de tal actividad por lo que la migración es sin duda un constructo social relacionado altamente con los factores económicos, político, sociales y culturales de una sociedad. El fenómeno de la globalización abarca todo, y por tanto, globaliza los fenómenos que para muchas naciones son un problema mayúsculo. Como la migración “ilegal” donde el objetivo son los países más desarrollados, es decir, los del norte del orbe.
A saber, en el factor económico se encontrará de manera explicitada y sucinta de cómo el sistema capitalista, como modo de producción instaurado en El Salvador con su peculiar normativa para funcionar, tiene cierta responsabilidad respecto a lo que interviene en la toma de la decisión de emigrar. De igual manera, en el factor político no está de más analizar brevemente lo que se está haciendo desde el gobierno fiscal para contrarrestar tal extraordinario problema. Respecto a lo social y cultural, se hará un esfuerzo por dilucidar de cómo la globalización cultural y los problemas sociales influyen en la toma de decisión para emigrar conscientes de los riesgos a los que se enfrentarán en la travesía. Recordando que nos remitimos a migrantes menores de edad.
En este breve trabajo se hará hincapié en la migración de niños y niñas de El Salvador principalmente hacia los Estados Unidos de Norte América, con vehemencia se plantearán las causas y resultados que de hecho son relativos. El hecho que migren los niños y niñas es un asunto sorprendente por la valentía que poseen, alarmante y a la vez causa nostalgia en muchas personas conscientes de las condiciones espirituales y sobre todo materiales en las que viven estas personas. Según fuentes de La Prensa Gráfica (LPG, 2016), en lo que va del presente año han sido “17,512 menores salvadoreños detenidos en EUA” entre ellos niños y niñas, jamás en la historia de El Salvador se habían obtenido tal cantidad de personas menores de edad migrantes. Este problema de alta gravedad es caso omiso para mucha gente, especialmente para los acomodados de la sociedad y solo nos indica que algo está muy mal. La indiferencia como apatía a convertirse en un agente social consciente de los problemas sociales y, por tanto, capaz de actuar, solo puede surgir de nuestro acomodo en la sociedad. Este problema es común en aquellos países en un “eterno subdesarrollo” como El Salvador, Guatemala y Honduras para hacer mención de algunos de la región centroamericana.
Para ser más concretos vayamos a lo más relevante. Revisemos las causas más evidentes que influyen para que los menores de edad decidan emigrar hacia los Estados Unidos a sabiendas de los peligros mortales a los que se exponen en la travesía. Según La Prensa Gráfica (LPG, 2016) “son múltiples las razones que los llevan a emigrar. Algunos hablan de porque han sido separados de sus padres por muchos años y quieren reencontrarse con ellos. Otros quieren una mejor vida en EE.UU. hay una categoría de personas, que es la de muchachos que están siendo acosados por las maras, buscados o tratados de ser reclutados, o extorsionados, o una combinación de todas esas cosas”. Una mejor vida para los emigrantes puede parecer utópica, sin embargo, puede ser posible en El Salvador, pero se necesita crear las condiciones dignas y necesarias para el desarrollo favorable y pleno de las personas. Y esas condiciones tienen que ver con el quehacer del gobierno, organizaciones sin fines de lucro y de la empresa privada.
A modo de esbozo histórico, remontándonos al pasado primitivo de la humanidad, es evidente que existían agrupaciones de personas que no se asentaban en un solo lugar formando comunidades, sino que eran nómadas cazadores y recolectores de alimentos. En este momento de la historia se denotan clarividentes las causas que les obligaban a estar en tal movimiento. Ahora bien, el fenómeno ha coevolucionado junto al desarrollo de las sociedades en términos socioculturales, económicos y técnicos a pasos agigantados hasta transformarse en un problema abrumador global, pero fueron la misma actividad sociocultural y económica la que permitió y permite el desarrollo de tal actividad por lo que la migración es sin duda un constructo social relacionado altamente con los factores económicos, político, sociales y culturales de una sociedad. El fenómeno de la globalización abarca todo, y por tanto, globaliza los fenómenos que para muchas naciones son un problema mayúsculo. Como la migración “ilegal” donde el objetivo son los países más desarrollados, es decir, los del norte del orbe.
A saber, en el factor económico se encontrará de manera explicitada y sucinta de cómo el sistema capitalista, como modo de producción instaurado en El Salvador con su peculiar normativa para funcionar, tiene cierta responsabilidad respecto a lo que interviene en la toma de la decisión de emigrar. De igual manera, en el factor político no está de más analizar brevemente lo que se está haciendo desde el gobierno fiscal para contrarrestar tal extraordinario problema. Respecto a lo social y cultural, se hará un esfuerzo por dilucidar de cómo la globalización cultural y los problemas sociales influyen en la toma de decisión para emigrar conscientes de los riesgos a los que se enfrentarán en la travesía. Recordando que nos remitimos a migrantes menores de edad.
En este breve trabajo se hará hincapié en la migración de niños y niñas de El Salvador principalmente hacia los Estados Unidos de Norte América, con vehemencia se plantearán las causas y resultados que de hecho son relativos. El hecho que migren los niños y niñas es un asunto sorprendente por la valentía que poseen, alarmante y a la vez causa nostalgia en muchas personas conscientes de las condiciones espirituales y sobre todo materiales en las que viven estas personas. Según fuentes de La Prensa Gráfica (LPG, 2016), en lo que va del presente año han sido “17,512 menores salvadoreños detenidos en EUA” entre ellos niños y niñas, jamás en la historia de El Salvador se habían obtenido tal cantidad de personas menores de edad migrantes. Este problema de alta gravedad es caso omiso para mucha gente, especialmente para los acomodados de la sociedad y solo nos indica que algo está muy mal. La indiferencia como apatía a convertirse en un agente social consciente de los problemas sociales y, por tanto, capaz de actuar, solo puede surgir de nuestro acomodo en la sociedad. Este problema es común en aquellos países en un “eterno subdesarrollo” como El Salvador, Guatemala y Honduras para hacer mención de algunos de la región centroamericana.
Para ser más concretos vayamos a lo más relevante. Revisemos las causas más evidentes que influyen para que los menores de edad decidan emigrar hacia los Estados Unidos a sabiendas de los peligros mortales a los que se exponen en la travesía. Según La Prensa Gráfica (LPG, 2016) “son múltiples las razones que los llevan a emigrar. Algunos hablan de porque han sido separados de sus padres por muchos años y quieren reencontrarse con ellos. Otros quieren una mejor vida en EE.UU. hay una categoría de personas, que es la de muchachos que están siendo acosados por las maras, buscados o tratados de ser reclutados, o extorsionados, o una combinación de todas esas cosas”. Una mejor vida para los emigrantes puede parecer utópica, sin embargo, puede ser posible en El Salvador, pero se necesita crear las condiciones dignas y necesarias para el desarrollo favorable y pleno de las personas. Y esas condiciones tienen que ver con el quehacer del gobierno, organizaciones sin fines de lucro y de la empresa privada.
Como se menciona al principio, este fenómeno no es nuevo,
pero si son nuevas algunas de las causas que lo alimentan como el surgimiento de
pandillas que acosan a las personas y sobre todo son los jóvenes los más vulnerables. El hostil acoso de las maras hacia lo jóvenes es una de las causas
para que los jóvenes se vayan del país donde, en muchos casos, los padres están
totalmente de acuerdo ya que temen por la vida de su hijo. Sociológicamente es
necesario ver lo que está subyacente a lo superficial en este asunto. Si las
causas son “las condiciones materiales paupérrimas en las que viven, acoso
hostil por parte de mareros, ambiente de inseguridad, reencuentro con sus
padres, falta de oportunidades etc.”. Propongo ir al fondo de las causas y ver
de alguna manera “las causas de las causas”. En ese sentido y teniendo en
cuenta que todo es una construcción social, entenderemos que las causas no son
una cosa desligadas radicalmente de otras causas y que cada causa tiene una
estructura donde existen conexiones de hechos anteriores y cotidianos que la resignifican constantemente. Así, por ejemplo, si la causa de la migración es la pobreza,
¿Cuáles son las causas de la pobreza?, si son la falta de oportunidades para
desarrollarse, oportunidades como el acceso a una educación de excelente
calidad, a una vivienda digna o a un empleo bien retribuido veremos que también
tienen sus causas, así por ejemplo la causa de la falta de empleos bien
retribuidos puede radicar en las políticas económicas que se manejen en el país.
Esta máxima heurística propone ir a la raíz de las causas, estudiándolas como
una cadena y constructo social multifacético y relativista. Teniendo la
oportunidad de comprender y posiblemente dar soluciones viables al problema.
Los resultados de este fenómeno varían según el lugar y
el tiempo en que se den, sin duda, las consecuencias son hasta fatales, antes de ser fatal, la experiencia incluye violencia psicológica, simbólica, física y violaciones. Lo que constituye una falta grave a los derechos humanos de la niñez y adolescentes en particular. A
saber, “No es sostenible que un país pierda parte de su futuro, estos menores
podrían haber llegado a aportar grandes cosas a El Salvador pero que ahora lo
estarán haciendo para los EE. UU” (LPG, 2016). Desde luego el problema se torna
más grave cuando es “el rostro del futuro” el que está abandonando el país por
diversos motivos, es decir, hay una generación que no crecerá en el país, lo que significa una tragedia demográfica nacional y las repercusiones sociales y económicas que causará.
El subdesarrollo y las malas políticas gubernamentales
están permitiendo que se nos despoje de la juventud en grandes cantidades, o en
otras palabras es el mismo modo de producción capitalista la que crea las
condiciones desfavorables y que dan surgimiento a las condiciones paupérrimas
que “obligan” a los menores a emigrar ilegalmente. El papel de la globalización
cultural es determinante en los jóvenes, se presentan una mezcla de formas
culturales en la realidad de los jóvenes y estos las interiorizan volviéndose
personas culturalmente híbridas. Se presenta en los medios de comunicación a
los EE. UU como el país más importante e ideal para llevar una vida digna. En
cierta medida sí es un país donde se tiene “mejor vida” pero no para los
emigrantes, al menos no para los recién llegados. Porque el llegar no
significa, por antonomasia, que cumplan el “sueño americano”, es decir,
conseguir vivir a la manera del gringo promedio, sino más bien, significa
enfrentarse a nuevos problemas debido a su ilegalidad. Por ejemplo, al racismo
de los nativos e incluso de otros inmigrantes con residencia estadounidense,
fenómeno al que le llamo “psico-enajenación”, y a otros como trabajos mal
remunerados y fobia a la policía.
Pero, ¿Qué se está haciendo desde gobierno para
contrarrestar el flujo migratorio hacia los EE. UU? “Estamos
trabajando en una cantidad de esfuerzos por disuadir la migración ilegal,
incluyendo el apoyo a una economía mejorada y ambiente de seguridad en El
Salvador a través de nuestro apoyo al Plan El Salvador seguro”. Lamentablemente el pueblo no logra ver las
mejoras que aseguran estar teniendo con el plan. Las personas no dejan de
emigrar porque sus condiciones no van para mejor. Se está haciendo poco, y lo
poco que se está haciendo en verdad se convierte en un discurso político
demagógico que hace creer a las mayorías que están trabajando impetuosamente
para contrarrestar los problemas cuando solo los mitiga. Además, existen instituciones que velan por
los derechos de la niñez y adolescencia, así, por ejemplo, el Consejo Nacional
de la Niñez y Adolescencia, cuya misión se lee “somos la máxima autoridad del Sistema Nacional de Protección Integral
y la institución rectora de la Política Nacional de Protección Integral de la
Niñez y de la Adolescencia, que, con la participación de la familia, el Estado
y la sociedad garantiza el goce de los derechos de las niñas, niños y la
adolescencia”,
trabajan en son de su objetivo, más sin embargo, no es suficiente para
garantizar el goce de los derechos a la niñez y adolescencia, ese es asistencialismo desde el momento en que el objetivo no es eliminar las causas de raíz, lo cual parece utopía.
Para el 2018, tras la llegada de Donald Trump a la
presidencia de los Estados Unidos, las políticas para erradicar la migración han
sido más crueles y los más vulnerables son la niñez y los adolescentes. Según
el periódico digital El Mundo (2018) “En la
zona del sector del Valle de Río Grande del sur de Texas se han separado a un
total de 1.174 niños de sus padres desde que se anunció la nueva política a
primeros de mayo por el fiscal general del Estado Jeff Sessions de separar a
los niños de los adultos mientras se procesa su entrada en EEUU”. No cabe
duda que el fenómeno de la migración ilegal no parará mientras las causas estructurales
estén presentes y no parará mientras los gobiernos aporten poco en la
democratización de las naciones, es decir, mientras no fomenten el desarrollo
humano y material sostenible que radique en sociedades más humanas y en efecto,
justas.
La educación de alta calidad con valores humanísticos en armonía con el medio ambiente de la niñez y adolescentes, son la clave para construir una panacea que sirva para curar casi todos los males de las sociedades, eso es vivir con propósito, abrazar una utopía justa que nos encamine hacia futuros mejores, donde nadie tenga que dejar su terruño buscando opciones políticas superiores, menos la niñez y adolescencia, que son el rostro del futuro en el presente. Y para ello se debe enfatizar en un proyecto societal cuyo centro sea la educación con valores humanísticos, porque dependiendo del tipo de educación que experimenten la niñez y adolescencia del presente dependerá el comportamiento de los hombres y mujeres del futuro y de su realidad.
Liberté, égalité et fraternité.
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